ELECCIONES PARLAMENTO VASCO 2016

David Latxaga

Me llamo David Latxaga Ugartemendia y vine al mundo  en 1961 en Mundaka. Me casé con una zornotzarra, con la que tengo una hija y un hijo, y llevo 27 años viviendo en Amorebieta-Etxano, aunque pasara antes unos cuantos años de juventud residiendo en Toronto (Canadá). Trece años de experiencia enriquecedora pero con el “gusanillo” permanente  de volver a Euskadi, algo que mis padres nos grabaron a fuego a los tres hermanos y, vistos los resultados, con cierto éxito.

Soy licenciado en Derecho y, antes de resultar elegido alcalde de Amorebieta-Etxano en 2003, trabajé en una asesoría jurídica y en una compañía de seguros.

No fue sencilla la decisión de pasar a un primer plano político, pero llevaba varios años ostentando cargos internos en la organización municipal de Zornotza, y un momento sociopolítico  turbulento como aquel requería de un compromiso renovado por nuestra parte. Aquel compromiso desembocó en doce años al frente de la institución, y desempeñando el cargo más difícil y, a su vez, más gratificante que hay en política, el de alcalde.

LEER MÁS

Me llamo David Latxaga Ugartemendia y vine al mundo  en 1961 en Mundaka. Me casé con una zornotzarra, con la que tengo una hija y un hijo, y llevo 27 años viviendo en Amorebieta-Etxano, aunque pasara antes unos cuantos años de juventud residiendo en Toronto (Canadá). Trece años de experiencia enriquecedora pero con el “gusanillo” permanente  de volver a Euskadi, algo que mis padres nos grabaron a fuego a los tres hermanos y, vistos los resultados, con cierto éxito.

Soy licenciado en Derecho y, antes de resultar elegido alcalde de Amorebieta-Etxano en 2003, trabajé en una asesoría jurídica y en una compañía de seguros.

No fue sencilla la decisión de pasar a un primer plano político, pero llevaba varios años ostentando cargos internos en la organización municipal de Zornotza, y un momento sociopolítico  turbulento como aquel requería de un compromiso renovado por nuestra parte. Aquel compromiso desembocó en doce años al frente de la institución, y desempeñando el cargo más difícil y, a su vez, más gratificante que hay en política, el de alcalde.

Este último año ha sido muy novedoso para mí porque he tenido el honor y privilegio de representar al pueblo de Bizkaia en el Parlamento Vasco. Siempre he vivido la política con pasión, y me he interesado por la historia y la evolución del pensamiento político y social, por lo que la oportunidad de tomar parte activa en la gestación de las normas que rigen nuestra convivencia ha sido muy aleccionadora.

Como abertzale, mi sueño es que los vascos y vascas tengamos pronto casa propia y dejemos de vivir realquilados en el Estado español.